Decir que las comparaciones son odiosas es quedarse corta. La frustración, la autoexigencia desmesurada y la sensación de fracaso son consecuencias de la comparación. Descubre cómo dejar de compararte con los demás para centrarte en tu propio proyecto de vida.
Se llamaba Beatriz. Tenía una preciosa melena color chocolate que solía recoger con gracia en una coleta semideshecha. No era de las más altas, pero sí de las más guapas de la clase. Se había ganado por derecho propio su fama de buena estudiante y deportista; lo cierto es que, por mucho que buscases, no había nada que se le diese mal. Además, era cercana y nada creída, así que no podías odiarla aunque quisieras.
Y con solo 12 años, marcaba estilo luciendo ese modelo de zapatillas con el que todas soñábamos y que era imposible pedir en una familia que contaba hasta la última peseta para llegar a fin de mes.
Beatriz era la chica más popular de 7ºB, y estoy segura de que yo no era la única que quería ser como ella.
Esa no fue la primera, ni por supuesto la última vez, que me comparé con alguien. Lo hago a menudo, muy a mi pesar. Y siempre lo hago para perder, pues solo se me ocurre comparar mis debilidades con las fortalezas de los demás. Y claro, así, no hay manera.
Rotundamente sí, las comparaciones son odiosas. Y lo son porque :
- Te generan frustración, ansiedad y una autoexigencia desmesurada.
- No te ayudan en absoluto a crear la vida que quieres.
- Te hacen perder una enorme cantidad de tiempo y energía.
Compararte es un acto de violencia hacia ti misma.
Lyania Vanzant
Cada vez que te comparas estás cediendo tu poder. Pierdes el tiempo, la perspectiva y cuestionas tus decisiones. Y lo que es peor: minas tu autoestima, empequeñeciéndote y permitiendo que te invada un enorme sentimiento de fracaso.
Cómo dejar de compararte con los demás
Eres única, especial e irrepetible, y cada vez que te miras en el espejo de otra persona, te olvidas de que lo eres.
Aquí tienes 10 claves para dejar de compararte con los demás:
1. Date cuenta de que te estás comparando
Si a alguien a quien quieres no le exiges, no le criticas o no le subestimas, ¿por qué lo haces contigo misma cuando te comparas con alguien? No entres al trapo de un parloteo autodestructivo. Cuando eres consciente de que te estás comparando, tienes el poder para dejar de hacerlo. Si notas que tu voz interior está en modo negativo, corta en seco la conversación, respira y reconfórtate con un discurso interno amable y compasivo.
2. Reconoce que no eres perfecta
Siempre habrá alguna persona más rica, más lista o más atractiva que tú. No eres perfecta —ni tú ni nadie—, y tratar de serlo no es la solución. Así que en vez de venirte abajo por tus defectos, tus rarezas o tus imperfecciones, acéptalas con amor. Libérate abrazando el hecho de que eres perfectamente imperfecta.
3. Compárate contigo misma
Puede que en el pasado te hayas equivocado, y que la ansiedad y el miedo hayan sido tus compañeros de viaje. ¿Has aprendido algo de todo ello? No me cabe ninguna duda. ¿Eres más consciente, más sabia y, por qué no, más valiente que entonces? Apuesto a que sí. Cuando tengas la tentación de compararte con alguien, hazlo contigo misma. Saldrás siempre ganando.
4. Sé consciente de que nada es definitivo
Si no eres feliz en este momento de tu vida, ten en cuenta que no va a ser para siempre. Porque para bien o para mal, nada es eterno. Haz las paces con el momento presente reconociendo que es pasajero y pon tu atención, tu actitud y tus ganas en tomar las decisiones que te ayuden a conseguir aquello que deseas.
5. Agradece lo que tienes
Cuando fijas tu atención en lo que crees que te falta, te olvidas de valorar las cosas más valiosas —y las más sencillas— que están a tu alcance. ¿Cuánto tiempo hace que no disfrutas de un amanecer? La próxima vez que te encuentres deseando lo que otros tienen, recuérdate a ti misma lo afortunada que ya eres y da las gracias por ello.
Una flor no piensa en competir con la flor que tiene al lado. Simplemente florece.
Zen Shin
6. Haz un detox de redes sociales
La cantidad de scroll que haces en Instagram —o en otras redes sociales— es directamente proporcional a tu nivel de comparación, y en consecuencia, a tu nivel de insatisfacción. Ten en cuenta que la mayoría de las veces te comparas con alguien que está megafeliz cuando tú estás en tu peor momento. Si notas que te generan frustración, ansiedad o que tu autoestima se resiente, limita el tiempo que pasas en las redes sociales. Mens sana con móvil apagado.
7. No dejes que el miedo guíe tus decisiones
Tus decisiones se basan en el amor o en el miedo. Por ejemplo, no es lo mismo dejar tu trabajo para emprender y dedicarte a lo que te apasiona de una forma meditada y entusiasta —decisión basada en el amor— que hacerlo de manera improvisada porque estás huyendo de un trabajo que no te gusta —decisión basada en el miedo—. Antes de tomar una decisión importante sé sincera contigo misma, mira hacia adentro y pregúntate si tu elección está motivada por el amor o por el miedo. Haz caso a tu intuición.
8. Olvídate de los «debería»
El verbo preferido de la comparación es «deber». Cuando te comparas te dices cosas como «debería haber conseguido esto ya», «debería haber hecho tal o cual cosa» o «debería ser así (o asá)». Plántale cara a esas exigencias que se cuelan en tu cabeza. Cambia tu discurso interno sustituyendo el verbo «deber» por el verbo «querer». Decide tomar tus decisiones de forma consciente y libre.
9. Sé fiel a tu propia interpretación del éxito
¿Cuántas veces te has castigado a ti misma por sentirte a años luz de la definición de éxito que la sociedad nos impone? Quizá no te has parado a pensar que posiblemente no coincide con la tuya y que lo único que estás haciendo es tratar de «encajar». Liberarte de esas imposiciones y ser fiel a lo que para ti es el éxito evitará que caigas en comparaciones innecesarias, porque no estarás buscando parecerte a nadie más.
10. Convierte la comparación en inspiración
Cuando te comparas lo haces con alguien que está en su mejor momento, o que ha alcanzado eso que tú quieres conseguir, ¿verdad? Te enfocas en su éxito, no en todo lo que ha tenido que trabajar para conseguirlo. Redirige tu atención a ese proceso, al camino que esa persona ha recorrido hasta conseguir su meta para que te sirva de inspiración al iniciar el tuyo.
Sin duda, lo más importante para dejar de compararte con los demás es ser consciente de que lo estás haciendo, pues es ahí cuando tienes el poder para decidir no hacerlo. En ese punto ya tienes medio camino recorrido. Para llegar hasta el final, nunca pierdas de vista que eres una persona valiosa, única e inigualable, y que puedes admirar las fortalezas y logros de otros sin cuestionar los tuyos.
¿Cuáles son tus recursos para dejar de compararte? Te leo en los comentarios.
4 comentarios
¿Qué opinas del síndrome del impostor? Me encantará leerte ?
Desde luego, es un tema muy interesante que conozco de primera mano?.
Próximamente…
Gracias por estar ahí ?
Gracias ! Por escribir para nosotras las lectoras y recordarnos que valemos mucho!
Gracias por recordarnos continuamente cosas que a veces de harto sabidas, acabamos olvidando.
Gran post, sin duda. Gracias otra vez, siempre me reconecta el leerte.