Mejorar tu autoestima requiere un ejercicio sincero de introspección. Mira dentro de ti para reconectar con tu esencia y cambiar así la visión que tienes de ti misma y la manera en la que te tratas.
¿No te llama la atención la felicidad que desprenden los bebés? Cuando naces eres pura felicidad. Estás totalmente conectada con tu esencia, con lo que realmente eres: amor e inocencia en estado puro. Fluyes con la vida de manera natural. Tu autoestima está intacta, y el miedo y la inseguridad no son obstáculos en tu descubrimiento del mundo. ¿Cuántas veces te caíste antes de sostenerte sobre tus pies? Muchas, pero eso no fue un impedimento para que aprendieras a caminar.
A medida que vas creciendo, tus circunstancias vitales y el mundo que te rodea te van moldeando. Y en demasiadas ocasiones, influyen de manera negativa en la percepción que tienes de ti mismas. Esto da como resultado una baja autoestima que te empuja vivir en un estado de pequeñez, miedo y falta de suficiencia. ¿Te suena?
¿Qué es la autoestima?
Desde hace unos años, siento que estamos siendo bombardeadas con numerosos mensajes que nos animan a amarnos por encima de todo, algo que a priori es bastante positivo. Sin embargo, a mi modo de verlo, se ha hecho desde una perspectiva muy superficial. Y casi que se ha impuesto como una obligación, pudiendo incluso hacerte sentir mal si no la cumples.
Para mí, autoestima no es enterrar todas esas cosas que no te gustan de ti bajo un «qué maravillosa soy» frente al espejo. Creo es algo mucho más profundo.
Autoestima es:
- La capacidad de aceptar y amar quien verdaderamente eres.
- Elegir sentirte bien a pesar de todo aquello que no te gusta de ti, sin esconderlo ni ignorarlo, sino aceptándolo.
- Abrazar tus imperfecciones, tus debilidades, tus exigencias.
- Amarte incluso cuando no eres capaz de hacer todas esas cosas.
Recuerda: nada de lo que hay afuera debe tener el poder de destruir todo el amor que siembres en ti. Solo lo tendrá si tú lo permites. Así que esfuérzate cada día en proteger y atesorar ese amor hacia ti misma.
Cómo mejorar tu autoestima
Mejorar tu autoestima requiere un ejercicio sincero de introspección y mirar dentro de ti para reconectar con tu esencia para cambiar así la visión que tienes de ti misma y la manera en la que te tratas. Aceptando que nada es perfecto, empezando por ti misma, te volverás más flexible al cambio y comenzarás a fluir con la vida.
Es posible que ahora mismo no sepas cómo mejorar tu autoestima, pero puedes aprender. Hazlo sin exigencias, sin obligaciones, sin miedo. Sin juicios, sin reproches, sin culpas, dándote espacios para averiguar qué sientes y por qué lo sientes.
Y para ayudarte en tu camino, aquí tienes cinco claves para mejorar tu autoestima:
1. Sé consciente
No puedes cambiar algo si no reconoces que hay algo que cambiar. Al comenzar a ser consciente de tu discurso interno negativo, empiezas a alejarte de las emociones que de él se derivan. Así consigues no identificarte tanto con esas emociones negativas. Sin esa conciencia, es fácil que caigas en la trampa de creerte todos esos pensamientos limitantes que tienes sobre ti. Si ves que te enredas en pensamientos negativos hacia ti misma, párate, respira, date cuenta de lo que está sucediendo y recuérdate: «Esto son solo pensamientos, no hechos.»
No te creas todo lo que piensas. Los pensamientos no son más que eso: pensamientos.
Allan Lokos
2. Evita compararte
Sé que es complicado evitar la comparación viviendo inmersas en un mundo de «postureo» sediento de corazones rojos y pulgares alzados. Compararte te lleva a alimentar un discurso interno negativo que frecuentemente puede desembocar en estrés y ansiedad. Cuando sientas que lo estás haciendo, párate, respira y recuérdate a ti misma todas las cosas buenas que tienes, no las que crees que te faltan. También puedes hacer un «detox» de redes sociales de vez en cuando y alimentar más las relaciones personales. Rodéate de gente que te inspire y que esté en sintonía con quien eres en este momento de tu vida.
Una flor no piensa en competir con otra flor, simplemente florece.
Zen Shin
3. Reconoce tus fortalezas
Todas tenemos nuestras fortalezas y debilidades. Es muy fácil echar por tierra todas tus cualidades cuando te equivocas o fallas en algo, así que no centres tu atención en tus debilidades porque, sean las que sean, no te definen. En cambio, reconoce tus fortalezas y sé consciente de la sensación de confianza que generan en ti, especialmente cuando dudes sobre ti misma. Rememora los momentos de tu vida en los que te sentiste especialmente bien contigo misma y en lo que estabas haciendo para sentirte así.
A veces la vida nos pone a prueba. No para mostrar nuestras debilidades, sino para descubrir nuestras fortalezas.
4. Cuídate
Es posible que practicar deporte y comer saludablemente esté en tu lista de «tengo que». Cuando sentimos algo como una obligación, tendemos a retrasarlo o a ni siquiera comenzarlo. Deja de pensar que cuidarte es sinónimo de sacrificio. Cuidarte es un acto de amor hacia ti misma, no una exigencia impuesta por el exterior. Cuando lo sientas así, empezarás a hacerlo sin imposiciones, con paciencia y escuchando a tu cuerpo. Agradécele todo lo que te permite vivir practicando alguna actividad física –correr, bailar, nadar, yoga…– y nutriéndolo adecuadamente. No solo sentirás un evidente beneficio exterior, sino también interior.
Nuestros cuerpos son nuestros jardines; nuestras decisiones, nuestros jardineros.
William Shakespeare
5. Recuerda que no eres lo que te pasa
Aprender a diferenciar entre quién eres y tus circunstancias es la clave de la autoestima. Todas nacemos con el mismo potencial infinito y con la misma valía como seres humanos. Sin embargo, cada una creamos nuestra identidad a partir de nuestra propia historia. Basamos la percepción que tenemos de nosotras mismas en algo totalmente externo a nosotras, impermanente y que no podemos controlar.
Tú no eres tus circunstancias, eres posibilidades. Si sabes eso, puedes hacer lo que sea.
Oprah Winfrey
Si tu historia personal te ha conducido a tener creencias limitantes o pensamientos autodestructivos, no te aferres a ella. Aprender a conectar con tu fortaleza interna, con ese potencial infinito y esa valía que siempre han estado dentro de ti para desidentificarte de tus circunstancias. Al no dejarte arrastrar por ellas, tienes la capacidad de observarlas de manera más objetiva –como algo externo a ti– y de encontrar en tu interior las herramientas que te permitan adaptarte a ellas de la mejor manera posible.
¿Qué tal andas de autoestima?
1 comentario
Muy positivo y asequible, muchas gracias