Si crees que esta práctica milenaria no va contigo y no te atreves a probarla, te doy 5 buenas razones de por qué es bueno hacer yoga y por qué te enganchará en cuanto comiences a practicarlo.
A lo largo de mi vida he hecho, con mayor o menor asiduidad, deporte. Lo cierto es que, siendo más joven, no me preocupaba tanto de ser estricta con la práctica. Pero conforme han ido pasando los años, he sido más consciente de la necesidad de realizar alguna actividad física regularmente.
Step, natación, pilates o zumba han sido algunas de las actividades que he practicado de manera más o menos constante. Durante los últimos años no he dejado de escuchar y leer sobre los múltiples beneficios del yoga, pero no terminaba de decidirme. Sin embargo, debido a una época de estrés que se estaba alargando demasiado, sumado a un creciente interés por desarrollarme personalmente, decidí finalmente probarlo.
Beneficios del yoga en el cuerpo
Son numerosos los estudios que avalan los beneficios del yoga, tanto a nivel físico como a nivel mental. Algunos de ellos son:
- Incremento de la densidad ósea (muy necesario a partir de la menopausia).
- Disminución de los niveles de azúcar en sangre en personas diabéticas.
- Disminución de la presión sanguínea.
- Mejora de la función cerebral.
- Mejora de la capacidad pulmonar.
- Disminución de dolores de espalda y cuello.
- Eliminación de grasa.
- Mejora en las relaciones sexuales.
Y lo mejor de todo es que los empiezas a notar desde la primera clase. En esta infografía puedes ver cómo el yoga cambia tu cuerpo desde el primer día que lo practicas:
Mis 5 razones para practicar yoga
Tras varios años de práctica, los motivos por los que recomendaría a cualquier persona practicar yoga –además de por los beneficios que te acabo de enumerar– son los siguientes:
1. Conectas con tu respiración
Ser consciente de tu respiración es una de las cosas más importantes en la práctica del yoga, y se usa un conjunto de técnicas o pranayama para que lo seas. Cada movimiento que realizas requiere una inhalación y una exhalación. Respirar profunda y conscientemente te ayuda a oxigenar mejor tu cuerpo, a reducir el estrés, la ansiedad y a controlar tus emociones. Además, conectar con tu respiración en tu día a día te ayuda a darte cuenta de cuándo esta se bloquea, pudiendo así ponerle remedio.
2. Tomas conciencia de tu cuerpo
Uno de los motivos por los que muchas personas no se atreven a practicar yoga es porque piensan que no son lo suficientemente flexibles. Precisamente, esa debería ser una de las razones por las que empezar a practicarlo. Con el yoga trabajas muchísimo la flexibilidad, y aunque al principio puedas sentirte rígida, en cada clase notas un pequeño avance en la ejecución de las posturas o asanas. Esto hace también que tomes conciencia de partes de tu cuerpo de las que habitualmente estás desconectada.
3. Conoces la conexión entre tu cuerpo, tus emociones y tu espíritu
Al comenzar una clase de yoga se suele explicar qué parte del cuerpo se trabaja, cuál va a ser el beneficio tanto a nivel físico como emocional, así como la relación que tiene con nuestra parte más energética y espiritual –los chakras–. Por ejemplo, el quinto chakra comprende, a nivel físico, la tráquea, los bronquios, los pulmones, el oído, el cuello y las tiroides. A nivel espiritual, es el chakra de la comunicación y de la creatividad. Un bloqueo de este punto energético se suele manifestar físicamente con tos y faringitis crónica, resfriados u otitis. A nivel emocional, este chakra se bloquea cuando no expresamos todo lo que queremos decir por miedo al qué dirán o por miedo a hacer daño. A través de las posturas o asanas se intenta equilibrar la parte física, la emocional y la espiritual para que la energía vuelva a fluir libremente.
4. Hay un tipo de yoga para cada persona
Si piensas que el yoga es aburrido, nada más lejos de la realidad. Hay una enorme variedad de tipos de yoga, solo tienes que dar con la modalidad que más vaya contigo. La más popular en Occidente es el Hatha yoga, quizá la más recomendable para principiantes. Si disfrutas con las actividades coreografiadas, te gustará el Vinyasa o flow yoga (mi preferido). Si lo que quieres es activar tu energía, lo tuyo es el Kundalini yoga. Un yoga más físico es el yoga Iyengar, el Acroyoga o el Bikram yoga, que se practica con un 40% de humedad durante 90 minutos. Si quieres relajarte y dormir bien, no te pierdas el yoga Nidra. La lista es extensa, y lo mejor de todo es que cualquier persona puede practicar yoga: niños, embarazadas, personas que necesiten rehabilitación…
5. Puedes practicarlo en casa
Mi primer contacto con el yoga fue en un gimnasio, y tuve la suerte de dar con una profesora maravillosa que hizo que quisiera profundizar más en la práctica. Así que dejé el gym para apuntarme a un estudio de yoga, donde se respira otro ambiente y donde la práctica es más personalizada. Pasados unos meses, ya tenía el suficiente conocimiento para poder practicar en casa los días que no iba al estudio. Por mi experiencia, si eres principiante, te recomiendo empezar en un estudio para aprender a respirar y conocer las posturas o asanas más básicas. Pero si no tienes la oportunidad, en Youtube encontrarás numerosos vídeos para practicar yoga en casa, como el canal de Xuan Lan Yoga.
Y tú… ¿practicas yoga? ¿Estás pensando en probar? ¿Qué es lo que más te llama de esta práctica? ¡Cuéntame tu experiencia!
2 comentarios
Yo acabo de comenzar a practicarla y la verdad que cada día salgo de clase dudando entre si me gusta o no. Por una parte me siento bien con los estiramientos y las posiciones un poco más complejas pero por otro se me hace muy larga. Supongo que porque estoy acostumbrada a otro tipo de deportes y clases dirigidas.
Hace poco he empezado un blog sobre mi experiencia personal con el deporte, los complejos, las emociones y mis imperfecciones en general. Os dejo la web por si alguien le interesa:
http://www.inperfect.es
Hola Inés,
Gracias por pasarte por aquí.
No sé qué tipo de yoga has empezado a practicar, pero puedo entender que se te haga la clase larga (en un estudio de yoga suelen durar unos 75 min). Yo empecé con hatha yoga, que es más estático, y en los últimos dos años estoy practicando vinyasa yoga, que es mucho más fluido en el movimiento, y se hace muy ameno. Para mí es un poco como una coreografía, me hace estar muy pendiente y se me pasa la clase volando.
Espero que no desistas y des con la modalidad que más te guste 🙂
¡Un saludo!
Pilar.